Prácticas educativas como el aprendizaje basado en proyectos (ABP) están implantándose en los colegios de forma integral, como estrategia globalizadora buscando un cambio de paradigma y en la que se implementan las demás metodologías activas, cooperativo, aprendizaje basado en problemas, aprendizaje a través del juego, gamificación, rincones…
El ABP tiene como eje vertebral una pregunta clave, hecha por parte del alumnado y normalmente votada y consensuada democráticamente por la clase. A partir de sus intereses, se crea un mapa de subpreguntas que se enlazan con los contenidos curriculares de las distintas áreas.
Se crean tareas y actividades donde se ponen en juego las habilidades del alumnado teniendo que movilizar los contenidos conceptuales que se están dando, a través de la investigación individual o en grupos cooperativos, a través de la resolución de retos, presentaciones orales, visualización de videos, testimonios, visitas a lugares (museos, espacios naturales, monumentos…). Todo ello hace un conjunto de experiencias que llevan a un aprendizaje más significativo del alumno/a. Como desenlace del proyecto ABP, uno de los requisitos fundamentales es la realización de un producto final. De forma cooperativa, crear, será la última fase del aprendizaje, sin contar con la reflexión final.
Un forma de educar muy completa que pone en el centro al alumnado y cambia el paradigma de enseñanza, al de aprendizaje.
¿Podríamos mejorar estas experiencias educativas?
La respuesta es sí, por ejemplo con Aprendizaje-Servicio.
El APS suma el ingrediente de realidad al proyecto, aumenta la motivación y significatividad a lo que están haciendo. El alumnado tiene un objetivo y es ayudar a alguien que lo necesita y tiene que aprender para realizarlo bien. Va a usar lo que aprende en clase. De esta forma dará sentido a todo lo que hace. Aumentará su motivación, será partícipe de lo que le rodea, y se sentirá parte de la comunidad. El compromiso es otro valor añadido que se puede atribuir a estas experiencias.
Por tanto, darle un fin social al proyecto e implantar las claves diferenciadoras del ApS en los proyectos ABP puede hacer mejor esta práctica.
¿Cómo?
Investigar las necesidades sociales que surjan a partir de la pregunta. Crear un mapa de necesidades. Investigar las causas y proponer acciones concretas que puedan realizar. Contactar con el colectivo que puede trabajar con ellos/as. Unir contenidos a las acciones planteadas y al resto de actividades.
Introducir la reflexión en todas los momentos del proyecto. Instrumentos de aprendizaje visible como (rutinas de pensamiento, escaleras de metacognicion, tertulias dialógicas…) son una buena forma. Permitir que las contrapartes aporten al proceso educativo da dinamismo y finales inesperados que enriquecen. Tener un producto final que sea útil.
Por último, otras claves importantes que aporta el aprendizaje Servicio son la difusión de los proyectos y el impacto en la comunidad. Da reconocimiento al alumnado, lo empodera y lo gratifica por su esfuerzo. Muchas veces, ven de primera mano, el impacto generado y la transformación producida. Es por ello, que el cierre se realiza con una celebración, donde todos/as deben participar, poniendo la guinda a esta magnífica conjunción de ingredientes educativos.
El APS aporta un fin social a los proyectos ABP, aumentando los aprendizajes del alumnado.
Sergio Ferrandis Tébar
Grup Territorial APS CV
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